Pocas ciudades en el mundo han sabido amalgamar, a través de los siglos, tantos edificios, tantos estilos, tantos lenguajes. En efecto, a diferencia de otras capitales europeas, Roma aprendió a defenderse de las destrucciones y de las transformaciones radicales, conservando de manera ejemplar la esencia y el significado de su pasado.
La exposición reflexiona sobre los procesos pluriseculares de estratificación, que se han sucedido tanto en periodos de esplendor, como en momentos de decadencia, y que han dado lugar a una Roma contemporánea, en la que convive cotidianamente la antigüedad con la actualidad. Las obras, que se reúnen por primera vez en México, testimonian fases históricas diversas, ofreciendo interpretaciones y miradas distintas: a veces, partiendo de la visión de quien rige, gobierna o administra la ciudad; otras, desde la percepción de un viajero extranjero o bien a través del ojo de un artista que intenta captar la belleza incluso en un edificio deteriorado y en ruinas.
El poderío del Imperio Romano, el crepúsculo medieval, el esplendor del Renacimiento, la riqueza del Barroco, la nostalgia del Romanticismo son el eje de esta exposición, que narra, a través de la obra de los grandes maestros de la historia del arte, la evolución de una ciudad, destinada, desde su fundación, a consolidar un mito de eternidad. Concluye la muestra una sección que documenta la presencia y la influencia de Roma en México, confirmando una vez más que se trata de una ciudad que ha sabido reinventarse y actualizarse continuamente para convertirse en meta y fuente inspiradora de la cultura universal.